2 ago 2009

Altair…-lo llamó. Conocía su nombre, lo sabía todo de él. No era un tono femenino, pero tampoco masculino, porque no era una voz en sí. Era una llamada sin palabras, durante la cual quizá la oscuridad fluctuó, ondulándose como la superficie calma de un lago… sin llegar nunca a cambiar. Ha llegado tu hora.-

El muchacho era consciente de la certeza de esa afirmación, pero no quería irse. No sin despedirse de quienes amaba: de su hermano, de cuyo lado lo habían apartado; de Gaia, que siempre lo había cuidado; del viejo Faris y sus historias; de la dulce Iris; de la misteriosa Maia… De Arya. ¿No se suponía que debía evitar que alguien le pusiera siquiera una mano encima a la desdichada criatura? ¿Acaso no había prometido ante el ataúd de su padre que cuidaría de Geraint pasase lo que pasase? Y también debía ayudar a las hadas, como caballero que era.

Este no es mi final -se recordó. No tenía una voz con la que hablar, pero supo que la Muerte lo escuchaba alto y claro. De alguna manera, se forzó a creer en lo que decía, aunque las palabras se resistían a tomar forma. Hay algo que tengo que hacer. Una cosa que está más allá de lo que tú puedas llegar a comprender. Tenía que utilizar toda la voluntad que era capaz de reunir para poder hablar. Para entenderlo hay que estar vivo, como yo.

En la oscuridad absorbente, tan absoluta, un destello de luz plateada llamó su atención. Fue tan solo un segundo, pero llegó para iluminar el escarlata de un vestido. ¿O acaso era el forro interior de una capa? Altair no estaba seguro de si alguien en su estado podría seguir teniendo algo como “imaginación”, pero no descartó que el brillo hubiese sido una mala jugada de ésta, intentando salir de las perturbadoras tinieblas. ¿Había sido la guadaña? ¿Acaso estaba aquel ladrón de almas ya tan cerca de él, esperando un movimiento en falso para arrancarlo sin piedad del mundo que conocía? No llegó a sentir miedo, ya no tenía nada más que perder, pero sí una suave inquietud que lo recorrió como una oleada de tinieblas. Era como un zumbido que nublaba sus ideas y lo ponía a merced del extraño personaje.

Tú no estás vivo -le espetó la voz que no era tal. Ni con vida ni sin ella. Eres solo un espíritu pegado a un cuerpo hasta que yo me haga cargo de ti.

¿Acaso no eres tú lo mismo? -pensó Altair. Según lo que le habían contado, así era: pese a que el cuerpo del hechicero estaba muerto, su alma se había negado a dejarlo, aferrándose a las costillas, escondiéndose en el cráneo.

No oses compararte conmigo, humano -Las palabras retumbaron, haciendo que el muchacho se sintiese estremecer. No era una amenaza, sin embargo, o, al menos, no sonaba como tal. Era, no obstante, un recordatorio de que era un ser inferior, totalmente a su merced. Una burla, una afirmación que estaba impregnada de indiferencia. Una petición de rendición y sumisión absoluta.

Altair no iba a aceptarlo. Nunca habían sido de los que se dejaban vencer. En un pasado no tan lejano, había deseado morir. Entonces, la Muerte no lo había tomado en sus brazos. ¿Por qué, entonces, tenía que llevárselo precisamente ahora?

No hubo una respuesta ni a esa ni a ninguna de las otras preguntas que le rondaban la mente: ¿qué habría pasado con Arya y sus tres protegidas?, ¿dónde estaban ahora?, ¿podría volver a verlas alguna vez si resistía el embiste del Destino?

En ese momento llegaron hasta él las palabras. Sí, ahora era una voz, no la simple oscuridad arrastrándose y meciéndose, oscilando a su alrededor sin cambiar en absoluto. Al principio parecía un tímido susurro, un pensamiento demasiado alto. Pero, de pronto, las verbas se abrieron paso como una luz, echando hacia atrás las sombras, alejando a la Muerte de su presa. Esta vez estuvo seguro de ver el brillo del filo de plata, pero la figura presente en… bueno, en donde quiera que estuviese, no es más que un murmuro de tela oscura que se mece con un viento fantasmal.

Deseo que vivas -dijo una voz que no era la de la Muerte. Un sonido brillante, como de campanas repicando.

1 jul 2009


Me das tanta bronca, haces que te odie. Cuando, en realidad, no sé si quiero hacerlo.


ajaja, me vas a matar por poner esta foto :P Te amo paula rocío. Nada que ver lo que puse arriba con vos, solo que queria poner la foto loco jaj.

20 jun 2009

Guess you just want to play.
Alright, make me yours. C'mon and use me.

19 jun 2009


Las casualidades hacen de la vida un juego.
Tengo miedo, miedo a enamorarme de nuevo y salir lastimada. Hace mucho que no sentia esto que siento y no sé que hacer. Si me juego y él me corresponde va a haber valido la pena todo, cada minuto de espera, cada pensamiento; pero si no, no voy a saber salir adelante. No tengo idea de cómo me meti en esto, solo sé que de un día para el otro mis sentimientos hacia esa persona eran diferentes, ya no lo queria como amigo solamente. El amor es un arma de doble filo, si esa persona te quiere es el sentimiento más puro y hermoso que pueda existir; por el contrario, si esa persona no te ama eso te destroza por dentro, aunque trates de ocultarlo. Nadie dijo que era fácil. No quiero meter la pata, espero que si decido jugarmela valga la pena.

29 may 2009


Me da bronca e impotencia. Yo hago lo que quiero, no estoy sujeta a vos. No te necesito más, entendelo. No sos quién para decirme lo que tengo o no tengo que hacer, a donde puedo o no puedo ir. Nadie te dijo que te metieras en mi vida, no te importa ni te corresponde. Me tenés harta.

20 may 2009

Girls just wanna have fun!

6 may 2009



A veces me pregunto porque yo.

29 abr 2009

I don't wanna be the girl who has to fill the silence,
the quiet scares me 'cause it screams the truth